PROGRAMAS RADIALES - 10 de Diciembre 2005

02 - 10-12-05 luz+luz   

 

Hostilidad anticientífica

 

Ustedes podrían estarse preguntando, ¿Cuáles circunstancias han determinado esta nueva avalancha de hostilidad anticientífica y oscurantista religiosa, que paradójicamente tiene como eje central el país capitalista más desarrollado del mundo, cuando ese desarrollo se mide en función de los avances de la ciencia y la tecnología de que dispone, y que, además fuera fundado sobre los principios de los ideales del iluminismo burgués norteamericano, plasmados en  la Constitución de Pennsilvania, que garantizan la separación absoluta de la Iglesia o religiones y el Estado?

Efectivamente, no se trata de una casualidad, sino que esta nueva oleada de hostilidad anticientífica y oscurantista, es el resultado, u otra de las tantas nefastas consecuencias para la humanidad, del llamado revisionismo contemporáneo, que es una corriente burguesa, opuesta al marxismo pero que de manera oportunista se presenta bajo su bandera. Esta corriente transformó en socialimperialismo, es decir, socialista de palabra pero imperialismo de hecho al primer estado socialista en el mundo fundado por Vladimir I. Lenin en Rusia, a raíz de la muerte del continuador de Lenin, José Stalin.

El revisionismo contemporáneo dándole la espalda a la construcción y fortificación del socialismo, convirtió al otrora poderoso bloque socialista compuesto por Rusia junto a otros países de la Europa Oriental que también habían abrazado el socialismo, y al que Stalin bautizó con el nombre Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, en una potencia capitalista más, que se dedicó a competir con los otros países imperiocapitalistas y disputarse con ellos la esclavización de las otras naciones para obtener las ventajas y los privilegios del mercado mundial. 

El revisionismo recibió este nombre por someter a “revisión” la teoría marxista, es decir, el materialismo científico, el materialismo dialéctico e histórico, su estrategia y su táctica. Así, los principios fundamentales del materialismo dialéctico e histórico, los revisionistas los tergiversan adoptando las posiciones del materialismo vulgar. Por eso, aun renegando del materialismo dialéctico, se proclaman materialistas y ateos, como la burguesía lo hizo cuando enfrentaba el feudalismo, y esto, quiérase o no, aunque fuera con el carácter inconsecuente, inacabado y unilateral del viejo materialismo metafísico, quisieran o no, favorecía el desarrollo de la Ciencia y al mismo tiempo frenaba, en gran medida, los planteamientos oscurantistas y metafísicos, anticientíficos, del idealismo decadentista y la hostilidad contra la Ciencia que han sido siempre las banderas del imperiocapitalismo norteamericano.

Ustedes deben saber que no fue hasta 1950 que se creó en los Estados Unidos la Fundación Nacional Científica, el National Science Foundation (NSF), y no fue hasta 1948, estamos hablando hace menos de 55 años, cuando se reorganizaron los pocos institutos de salud con que contaba los Estados Unidos hasta 1953 y se crearon los Institutos Nacionales de Salud, que hoy día manejan, sólo en el rubro de ciencias de la salud, un presupuesto de 28 mil 500 millones de dólares, pero que en 1953 el presupuesto otorgado a Ciencia por la administración gubernamental norteamericana era de apenas 2 mil 783 millones de dólares. No obstante, todavía hoy, y no teniendo una contrapartida organizada que frene su hostilidad anticientífica y oscurantista, siendo los Estados Unidos la primera potencia capitalista, el analfabetismo sigue siendo un problema social no resuelto para los nortemericanos, ocupando los Estados Unidos el lugar 49 en el mundo en alfabetización, según se publicara en el “The New York Time” en diciembre del 2004. Y esto, considerando la alfabetización como el aprender a leer y escribir, porque si partimos del concepto moderno de analfabeto funcional, basta saber que el 20% de los estadounidenses creen que el sol gira alrededor de la tierra, el 17% cree que la tierra da vueltas al sol una vez por día, datos publicados en la revista “The Week”, en enero de este año 2005, para tener una idea de la gravedad del asunto, de que la población norteamericana dista mucho de ser culta y avanzada. Debemos añadir, que en la década de los ‘90 Europa se colocó muy por delante de los Estados Unidos en la producción de literatura científica, y no obstante eso, el congreso norteamericano recorto los fondos para la Fundación Nacional de Ciencias, y este año 2005 la agencia otorgó mil becas menos de investigación.

En cambio, en la época en que José Stalin, quien transformara a la Rusia atrasada y menospreciada en un país avanzado y poderoso, a nombre del socialismo y en lucha contra el capitalismo, en este período en particular, se destaca la febril actividad científica que en todos los ordenes allí se desarrolló, colocando a este país y al bloque que había formado junto a otros países de la Europa Oriental que habían abrazado también el socialismo, como ya dijimos, la llamada Unión de Republicas, Socialistas Soviéticas, en la posición de potencia mundial.

Esta es la época en que Oparin, partiendo del materialismo dialéctico, formula su tesis, ya confirmada hoy, del origen de la vida, que Pavlov desarrolla su teoría sobre los reflejos condicionados dándole carácter de ciencia a la psicología, que la Unión Soviética logra primero que cualquiera de los otros países capitalistas desarrollados, lanzar la primera nave espacial humana alrededor de la órbita terrestre, desaparecen los analfabetos en Rusia y se convierte al ruso en el pueblo más culto, condición que a pesar de todas las vicisitudes aún conserva.

Fue esta situación y no otra, la que obligó a los Estados Unidos a ocuparse de la Ciencia en la década de mediados de los años 50 y principio de la de los 60 del siglo XX. En esta época enmarcada después de la Segunda Guerra Mundial, llegándose a plantear en los círculos políticos de mando de ese país en los años ‘60 la necesidad de enseñar Ciencia en las escuelas incluyendo tópicos como los del origen del hombre a través de la evolución de las especies, cosa que no se hacía, si se aspiraba a competir con la Unión Soviética en la carrera por la conquista del espacio.

“El estudio sobre el origen de la vida sólo se reanudó sobre bases científicas, dándosele el empuje trascendental que hoy tiene y después de atravesar toda una etapa caracterizada por la frustración y el pesimismo ante la ciencia, una vez se fundara el primer estado socialista en el mundo cuya bandera era, precisamente, el materialismo dialéctico, el materialismo científico, contrapuesto al capitalismo, al idealismo y al oscurantismo religioso”, esto, dicho así, lo sostiene el científico ruso Oparin en la introducción de su famoso libro sobre el origen de la vida, considerando que este despertar de la ciencia no era un fenómeno casual.


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