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01 - 10-12-05 luz+luz
Ciencia y casualidad
La casualidad, a la que los
dominicanos le llamamos “chepa”, cuando estimamos su significado, el
de la casualidad, dentro del contexto de la combinación de
circunstancias y hechos imprevistos, no existe como tal para la
Ciencia, dentro de la ciencia no se admiten casualidades, porque
para la Ciencia, ya sea que ésta, la Ciencia, sea aplicada para
conocer los mecanismos de la naturaleza, o bien, los mecanismos de
la sociedad en que vive el hombre, cada paso, cada circunstancia,
cada combinación de hechos y circunstancias, deben ser previstos y
rigurosamente comprobados y puntualizados constantemente en el curso
de la vida misma, que es como comúnmente le llamamos a la práctica
social humana que comprende las tres áreas fundamentales de donde
proceden todos los conocimientos adquiridos y por adquirir por el
hombre, y que no son otras que la práctica por la producción y
distribución de los bienes materiales requeridos o necesarios por la
sociedad y los hombres para satisfacer sus necesidades, la práctica
de la lucha de clases que es la que determina la organización de la
sociedad de acuerdo con el nivel de desarrollo de las fuerzas
productivas y las relaciones sociales de producción que se crean
entre los hombres en la sociedad, y la práctica de la
experimentación científica, que es la que se denomina la práctica
del saber o del conocimiento.
Sin embargo, esto, siendo así, no
descarta que en un momento determinado, en el que el nivel que
alcanza el desarrollo de la Ciencia no ha sido lo suficiente como
para que ésta pueda llegar, en ese momento, a percatarse de todas
las circunstancias que inciden en un determinado fenómeno, y por eso
deje de tomar en cuenta algunas o muchas de esas circunstancias, que
aun así, por vía de la ciencia, se haya llegado o se llegue a
conclusiones que resultan ser aciertos científicos. En estos casos
podríamos hablar de casualidades en el ámbito de la Ciencia.
Por ejemplo, la penicilina,
antibiótico que sin duda alguna ha revolucionado el mundo de la
medicina al contribuir de manera determinante a la supervivencia de
la humanidad, quienes la descubrieron, Fleming, Chain y Florey,
puede decirse, con propiedad en este caso, que lo hicieron por
casualidad, cuando investigaban sobre otra cosa. Es decir, la
combinación de una serie de circunstancias que este médico inglés
junto a los otros dos científicos no previeron, los condujeron, sin
ellos proponérselo, al descubrimiento de esa sustancia, que es
producida por un hongo llamado Penicillium notatum, de propiedades
altamente letales para las bacterias, o sea, que matan a estos
microorganismos que causan enfermedades al hombre.
Otro tanto podría decirse, en el
caso de las ciencias sociales. En este sentido podríamos, por
ejemplo, decir, como una forma de decir, lo casual que resulta que
el mismo personaje, nos referimos aquí, concretamente a George W.
Bush, quien es el actual jefe de la administración gubernamental del
país imperiocapitalista que ocupa el primer lugar en la carrera de
las potencias imperiocapitalistas para repartirse las colonias, para
la esclavización de las otras naciones, para obtener las ventajas y
los privilegios del mercado mundial, esté poniendo al mundo en
riesgo de una catástrofe ambiental, por no hacerle caso a la
información científica, insistiendo en sostener que todavía no se
sabe lo suficiente sobre el fenómeno de cambio climático a escala
mundial por el calentamiento del planeta a causa de la acumulación
de gases en la atmósfera, declaraciones que salieron publicadas en
su principal editorial, en el periódico norteamericano muy afamado
dentro de los círculos financieros llamado The Financial, cuando en
ese mismo momento las academias científicas de todas las naciones
integrantes del Grupo de los Ocho, es decir, los ocho países
capitalistas más desarrollados que se disputan la hegemonía mundial
(incluyendo la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos),
acompañadas por las de China, India y Brasil, pidieron formalmente a
los líderes de las naciones ricas que tomaran acciones urgentes a
fin de impedir el calentamiento global de la atmósfera, asegurando,
contrario a lo sostenido por Busch, que: "El conocimiento científico
del cambio climático -decía el informe de las academias de ciencia-
es ahora bastante claro como para justificar una acción inmediata".
"Es vital que todas las naciones identifiquen pasos que puedan
tomarse ahora, para contribuir a una reducción sustancial y de largo
plazo de los gases causantes del efecto invernadero".
Que causalidad, repetimos, que
este mismo personaje, que se ha auto declarado ungido por dios para,
con el fuego “divino” del genocidio, arrasar con lo que ha dado en
llamar el “eje del mal”, constituido por todos aquellos países que
osen oponer resistencia a la hegemonía política y la expoliación y
saqueo de sus recursos nacionales por parte del imperialismo
norteamericano, como Irak, Afganistán, Corea del Norte, Venezuela,
Cuba, etc., se ha declarado el adalid de que se enseñe en las
escuelas norteamericanas la anticientífica teoría del llamado
"diseño inteligente", que se basa en la noción de que el universo es
demasiado complejo para haberse desarrollado sin la ayuda de un
poder superior a la evolución o a la selección natural, en otra
manifestación más de la hostilidad hacia la Ciencia de la primera
potencia mundial imperiocapitalista.
Pero esta hostilidad hacia la
Ciencia no es, en realidad, nada casual, como tampoco lo es la
indolencia de Busch ante la catástrofe ambiental que se resiste a
evitar, y si hablamos en estos casos de casualidad, sólo cabe
hacerlo como ironía o sarcasmo. Ya Carlos Marx, a quien le cabe la
gloria de haber descubierto las leyes que rigen la sociedad
capitalista, partiendo del método científico del materialismo
dialéctico, advirtió sobre esta situación que hoy vivimos al
afirmar: “O la humanidad acaba con el capitalismo o el capitalismo
acaba con la humanidad.” |