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05-03-06 Luz+Luz
La Roma esclavista y Pablo de Tarso
Cuando
Saulo Pablo redacta su Epístola a los Romanos, en Corinto, y por
consiguiente en el año 52, lugar éste donde recibía protección del
procónsul Galión, hermano de Séneca, (ver Hechos de los Apóstoles
18, 12-17), Saulo Pablo concluye esta carta a los romanos diciendo:
“saludad a los de la casa de Aristóbulo, saludad a Herodión mi
pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, que están en el
señor” (Epístola a los Romanos 16, 10-11). ¿Quiénes son estos
personajes, relaciones de Saulo Pablo en la ciudad de Roma, lo
suficientemente importantes como para poseer una casa, término que
era sinónimo de séquito, de pequeña corte privada?
Comencemos por Narciso. Este fue un esclavo liberto, secretario y
favorito del emperador Claudio, sobre quien ejerció una gran
influencia. Se enriqueció escandalosamente, poseía en Roma grandes
propiedades y numerosos servidores y
esclavos.
Su
poder frente al César Claudio era tal, que provocó la caída y
ejecución de Mesalina, tercera esposa de este emperador. También se
opuso a las intrigas de Agripina, quien había sido la segunda esposa
de Claudio, en favor de su hijo Nerón. Por eso cuando Nerón se
convirtió en el nuevo césar a la muerte de Claudio en el año 54, cae
Narciso en desgracia aunque no deja de contar con la simpatía de
Nerón a su persona, y como señala el historiador Tácito, Nerón sólo
dio la orden de que se suicidara abriéndose las venas, cuando se le
demostró a Nerón que Narciso estaba detrás de la conspiración de
Pisón, que buscaba la eliminación del propio Nerón e incluía la
quema de Roma, la Gran Ramera, la Babilonia, como le llamaban los
cristianos, como aconteció.
Sin
embargo, cuando Saulo Pablo escribe la Epístola a los Romanos, cuyo
contenido es un llamado dirigido a la sumisión incondicional ante la
autoridad esclavista imperial y el propio esclavismo, Narciso se
hallaba todavía en la cumbre del poder y poseía en Roma grandes
propiedades y numerosos servidores y esclavos a su servicio, era,
entonces un esclavista, y no cualquier esclavista, sino uno que
formaba parte de la casa del emperador. Por eso Saulo Pablo habla en
su carta de la casa de Narciso, que no es otra que la casa del César
o emperador romano. Esto en cuanto a Narciso.
Ahora
veamos el caso de Aristóbulo y su esposa. Se trata sin duda, porque
no puede ser otro, de Aristóbulo III, hijo de Herodes de Calcis y de
Berenice, y por tanto nieto de Herodías, madre de Berenice, y
biznieto de Herodes el Grande por parte del padre. Es un personaje
importante y noble, además de rico. Tanto así, que al Nerón ser
investido como César, éste nombró a Aristóbulo III rey de la pequeña
Armenia, y después, 6 años mas tarde, en el año 60, su pequeño reino
creció gracias a la anexión de una parte de la gran Armenia, y por
último en el año 70 se convertirá en rey de Calcis como su padre.
Era, pues, un protegido de Nerón, del emperador, del César, además
de ser un esclavista.
Pero
¿cómo puede Saulo Pablo decirse pariente de Herodión, el hijo de
Aristóbulo III y Salomé II? Pues sencillamente porque era primo del
uno y del otro, de los dos, al ser este Saulo Pablo, el mismo Pablo
de Tarso, biznieto de Herodes el Grande por parte de su madre y
sobrino nieto del mismo Herodes el Grande por parte del padre. De
modo que Herodión es su primo segundo.
Aristóbulo III se casó con Salomé II, hija de Herodes Filipo. De
esta segunda unión de Salomé II tendrá 3 hijos: Herodión, el mayor
(aquel al que Saulo Pablo llama su pariente en la Epístola a los
Romanos, Agripa el segundo y Aristóbulo el Menor. Aristóbulo III y
Salomé II poseían en Roma una suntuosa propiedad y numerosos
servidores y esclavos.
De
esta manera, estando Saulo Pablo en Corinto protegido por el
procónsul Galión, hermano de Séneca (consejero y preceptor de Nerón
así como el mayor prestamista usurero de la Roma de su tiempo),
Saulo Pablo sabe que cuenta en Roma con cristianos que son
personajes notables, que tienen acceso a la casa del emperador y
cuentan con su confianza y viven en grandes mansiones.
Y esto
sólo significa una cosa, que cuando Saulo Pablo llega a Roma, no
sólo cuenta para favorecerse de un trato privilegiado en Roma por su
relación con Afranio Burro, prefecto del pretorio, ex preceptor de
Nerón y con Séneca (hermano del procónsul Galión) y ex preceptor,
este Séneca, de Nerón así como su consejero político, sino con gente
más allegada aún, por ser sus familiares, además de aristócratas y
ricos, como lo eran Aristóbulo III, Salomé II y Herodión, lo cual no
era cualquier cosa. Por qué todos estos personajes estuvieron
ligados al cristianismo, como dice Saulo Pablo “están en el señor”,
será tema para abordar en otro trabajo, pero lo que sí ha quedado
claro con esta semblanza histórica es que, contrario a lo dicho por
el cardenal López Rodríguez en el discurso ése del 19 de febrero, de
que los cristianos cuando llegaron a Roma eran personas
insignificantes y perseguidas desde un principio de manera
despiadada, como también el historiador inglés Gibon, reconocido
como una autoridad en relación a la historia del Imperio Romano, lo
desconoce, testifican que no fue así como sostiene el cardenal, pero
también estos datos, a su vez, refuerzan lo que ya hemos demostrado:
que el cristianismo se erigió como corriente ideológica propia del
esclavismo imperial romano y de los esclavistas. |