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04 - 08-01-06
luz+luz
¿Fin de la historia?
Basta echar un vistazo a lo que
hoy ocurre en el mundo para que nos demos cuenta, claro está, si
estamos despojados de prejuicios y de concepciones supersticiosas y
anticientíficas, que son las masas y la lucha entre las clases en
las sociedades donde ellas existen, las que hacen la historia, las
protagonistas de la historia.
Pero también, todo lo que está
ocurriendo en el mundo hoy, desmiente, además, a los que creyeron
parar la historia o tergiversarla, a los que dijeron que con la
globalización y el nuevo orden económico internacional actual, que
no es más que otro nuevo reparto del mundo entre las potencias
imperiocapitalistas una vez fuera desmantelada la Unión Soviética,
que de otrora bloque de países socialistas de la Europa Oriental
formaban junto con Rusia, primer país que instauró el régimen
socialista en el mundo, había pasado a ser, una vez traicionada la
revolución socialista en Rusia, un social-imperialismo, socialista
de palabra e imperialista de hecho, que se disputaba con las otras
potencias imperiocapitalistas la hegemonía mundial. Se dijo
entonces, que se había llegado al fin de la historia, buscando con
ello desmoralizar a los pueblos para que desistieran de todo
espíritu revolucionario de lucha contra esta nueva repartición del
mundo y contra el capitalismo.
En tal sentido, se quiso hacer
creer que con la caída de la Unión Soviética, por un lado, y la
globalización, por el otro, habían desaparecido las contradicciones
entre los países imperiocapitalistas que motivaron, entre otras
tantas guerras, las dos llamadas guerras mundiales, y que sumado
esto a la globalización ya, definitivamente, había desaparecido el
problema de la lucha de clases, y el problema de la miseria, el
problema de la opresión y de la explotación que sufren las masas
trabajadoras, por lo que se daba por desaparecido definitivamente el
socialismo, que el socialismo había muerto, junto con la
desaparición de la lucha de clases. Además, se daba por descontado
que mucho menos, en este mundo globalizado existieran los problemas
de que los países imperiocapitalistas buscaran colonizar y anexarse
países enteros en la condición de colonias.
A la vuelta de 15 años la realidad
viva y palpable nos dice otra cosa.
No vayamos muy lejos y quedémonos
en nuestra América. ¿Cuáles son las perspectivas en este próximo año
para América latina?
Chile, Nicaragua, México, Ecuador,
Perú, Brasil, Colombia, Costa Rica, Haití y Venezuela tendrán
elecciones durante 2006. Y con excepción de Colombia y Costa Rica,
la izquierda tiene grandes posibilidades en el resto como una
expresión de protesta profunda contra un cuarto de siglo de
aplicación de las políticas impulsadas por el FMI y el Banco
Mundial, sin que ninguna de las dos grandes lacras de América Latina
–la pobreza y la inequidad- hayan desaparecido, o por lo menos
reducido. En estos últimos 15 años, el crecimiento en promedio anual
de la economía en América Latina fue de apenas un 3%, según datos
publicados por el The World Street Journal. Los nuevos gobiernos son
vistos por los pueblos como alternativas a esas políticas. En
Latinoamérica no sólo que quedarán sin efecto los acuerdos
imperialistas Cafta-RD y ALCA, sino que, además, los proyectos
nacionalistas populares, tipo el de Chávez en Venezuela, que se
resumen: en una política internacional de enfrentamiento al
imperiocapitalismo más poderoso del mundo: el de los Estados Unidos,
reclamando la autodeterminación de las naciones, y en una política
nacional interna popular, de inversión de la renta pública
básicamente en lo atinente a mejorar las condiciones de vida y
bienestar de las amplias masas populares, lo que implica en toda la
América Latina, la demanda de la laicidad plena del Estado, el
enfrentamiento frontal con la Iglesia Católica vaticanista que
succiona en todos estos países, sin excepción, gran parte de la
renta pública nacional y actúa, al mismo tiempo, como quinta columna
de los intereses de los consorcios monopolistas imperiocapitalistas,
tanto norteamericanos como europeos, atentando contra la soberanía e
independencia de las naciones de Latinoamérica.
Cabría preguntar, para finalizar,
¿todavía aparecerá quien diga que la historia llegó a su fin?,
¿acaso, en verdad, se atreverá a aparecer alguien que así lo crea? |