|
01 - 15-01-06 luz+luz
Ciencia y
positivismo
En el mundo contemporáneo de hoy la fuerza del
conocimiento científico nadie la pone en duda, pero no todo lo que
dice relacionarse con la ciencia es realmente científico. Por
ejemplo el positivismo, que concentra en su seno todos los aspectos
más negativos de la filosofía burguesa, se presenta como una
filosofía científica, pero sus premisas conducen a la conclusión
falsa de que jamás podemos, ni podremos conocer los procesos y
fenómenos del mundo real, que como demuestra el materialismo
dialéctico, existen independientemente del pensamiento nuestro
acerca de él y de que nosotros existamos o dejemos de existir.
Podemos formular ideas, dicen los positivistas,
que sirvan para relacionar entre sí los datos del mundo exterior que
recogemos con los sentidos, o bien, como dicen los pragmatistas, que
son una variedad de positivistas, se pueden formular ideas que
resulten ser útiles, útiles, claro, para quienes las formulan y
defienden, pero ni estas ideas útiles; ni aquéllas con las que
relacionamos los datos que recogemos con los sentidos, nos reflejan
ni pueden reflejar jamás la realidad material real, insisten los
positivistas. De hecho, el positivismo termina redundando en
abstracciones tan estériles e irreales como las de la escolástica
feudal, supersticiosa, oscurantista y anticientífica.
Debido precisamente a sus relaciones con las
ciencias, en la actualidad, las ideas positivistas son admitidas y
defendidas, sin saberlo, por muchas personas que procuran trillar un
camino progresista, por personas con inquietudes sociales, otras que
no dan cabida a la superstición, así como las que se empeñan por
conocer y explicar las cosas por medio de la ciencia rebelándose
contra el oscurantismo, así como muchas otras personas opuestas a la
intolerancia, a la Iglesia, al cristianismo, dispuestas a enfrentar
los abusos, todo lo reaccionario, lo antidemocrático, que dicen
defender los postulados científicos, pero estas ideas positivistas,
lejos de acercar a la persona a la ciencia, juegan un papel de
primer orden en el alejamiento de muchas de estas personas del
camino que las conduciría a una interpretación genuinamente
científica, pues el positivismo es negador, es opuesto y rechaza al
materialismo dialéctico en todos los órdenes de la vida y a la
manera y forma de resolver los problemas, tanto de la vida en
particular, como de la humanidad en su conjunto, organizada
socialmente, del materialismo dialéctico.
Precisamente, debido a su apariencia científica,
el positivismo ejerce una influencia especialmente dañina que
conduce a sembrar la confusión en las mentes de quienes tratan de
adherirse a la ciencia, por este motivo la polémica contra el
positivismo ha sido y sigue siendo aún la polémica más importante
del marxismo en el dominio de la filosofía.
Sirviéndose de las ciencias para apuntalar sus
razonamientos, el positivismo es materialista, pero no excluye en
absoluto toda intervención exterior, y por eso los hay, desde
aquéllos que son deístas y dicen que es factible conciliar ciencia y
creencia religiosa, hasta los tipo agnosticistas, que practican un
materialismo vergonzante porque dicen que el mundo natural está
enteramente regido por leyes y excluyen en absoluto toda
intervención exterior, pero agregan no tener ningún medio para
afirmar o negar la existencia de cierto ser supremo más allá del
mundo. Por eso Lenin, en un lenguaje muy gráfico, dijo: rasquen, o
como diríamos hoy día, quítenle la cáscara al agnóstico, y
encontrarán al idealista.
Claro que no debemos confundir agnosticismo con
gnosticismo, también relacionado con la ciencia. La gnosis, que
significa el conocimiento adquirido por vía de la revelación
mística, es probablemente una de las más antiguas corrientes que
forman parte del sincrético invento llamado cristianismo. La gnosis
nació en las ciudades comerciales del Imperio Romano, alrededor de
un siglo antes de nuestra era, y el gnosticismo representaba la
ideología de las clases mercantiles que sentían venir la crisis
general, el hundimiento del sistema. Por lo tanto, en general no
tiene la misma base social que la corriente de la fe dentro del
sincrético cristianismo, porque nunca ha sido una concepción para
las masas sino para las élites. Por eso, una de las características
particulares de la gnosis es el papel desempeñado por la ciencia en
ella, a la cual las clases comerciantes no pueden absolutamente
renunciar, y a la que los sectores populares no tienen acceso o lo
tienen de manera restringida y manipulada. La ciencia, y
especialmente las matemáticas, fueron usadas en innumerables
indagaciones místicas. |