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19-02-06 luz+luz
La Ustasha cristiana
católica
La Iglesia Católica, que es la más
representativa de la religión cristiana a escala mundial, no ha
podido, a pesar de su tremendo poder e incalculables recursos
económicos y coercitivos, intimidatorios, criminales y
propagandísticos, pasar de contrabando de forma impune el empeño de
disfrazarse de institución favorecedora o defensora de la democracia
y la libertad y hasta de la persona humana. En realidad lo que
demuestra la historia universal es que ninguna institución religiosa
ha sido jamás tan recalcitrantemente reaccionaria, intolerante y
enemiga de la persona humana, de su libertad y derechos, lo mismo
que absolutista y monárquica, opuesta a todos los logros científicos
y culturales alcanzados por la sociedad humana, y por tanto por los
hombres.
Eso que ocurre hoy no es más que la repetición
de hechos pasados, muchos ocultados, como sería el caso siguiente.
El 10 de abril de 1941, ya iniciada la II Guerra
Mundial, y tras la invasión relámpago de la Wehrmacht (Fuerzas
Armadas alemanas) y la derrota de las tropas yugoslavas, Croacia
proclamó su independencia. Ante Pavelic, quien encabezaba un
movimiento llamado Ustacha, creado en 1929 por éste, y que se
dedicaba a hacer atentados terroristas y que terminó asesinando al
rey Alejandro I, quien gobernaba la federación de nacionalidades
eslavas conocida bajo el nombre de Yugoslavia, luego después como la
antigua Yugoslavia, en Marsella, junto al ministro de Asuntos
Exteriores francés, Louis Barthou, el 9 de octubre de 1934.
Ante Pavelic fue condenado a muerte, pero huyó
al exilio para evadir la pena, regresando a Croacia gracias a la
invasión alemana Nazi, para hacerse cargo, nada más y nada menos,
que del gobierno. El nuevo Estado (formado por gran parte de las
actuales Croacia y Bosnia-Herzegovina) firmó el pacto tripartito
alineándose con las potencias del eje fascista.
Con apoyo financiero y militar de los Nazis
alemanes, Pavelic instauró una sangrienta dictadura que se proclamó
racista y católica, masacrando poblaciones serbias, judías y
musulmanas, o deportándolas a campos de exterminio. Cuando Josip
Broz (Tito) liberó definitivamente de los invasores alemanes a
Yugoslavia en 1945, unificándola de nuevo, el movimiento de los
ustachi fue proscrito, pero Ante Pavelic, este genocida, consiguió
huir a Sudamérica, gracias a que había allanado el camino de su
retirada e impunidad al pasar a poder del Vaticano millonarios
botines confiscados a judíos y de Nazis y sus esbirros que el
Vaticano “lavó”, como se hace hoy día con el dinero proveniente del
narcotráfico proscrito o de los desfalcos financieros. Y
efectivamente, posteriormente se confirmó que Pavelic pasó a
Suramérica por vía de la Iglesia Católica.
Lo de dictadura católica ha sido paulatinamente
borrado en estos últimos cincuenta años de los libros de consulta
como las enciclopedias y los diccionarios y de los libros de texto,
quedando tan sólo lo de dictadura racista para calificar aquel
régimen criminal; igual a como acontece en nuestro país, por
ejemplo, que el título dado a Trujillo por la Iglesia Católica local
de “Benefactor de la Iglesia” por orden del Vaticano para que
Trujillo se creyera que se le iba a reconocer mundialmente y firmara
el Concordato, así como el Vicariato Castrense y el Patronato
Nacional San Rafael, y que una vez muerto Trujillo fue cambiado,
colocando en su lugar el de Benefactor de la Patria y Padre de la
Patria Nueva, para que se fuera borrando de la memoria y de los
textos la infamia de la Iglesia Católica de llamar “Benefactor” de
la Iglesia al tirano Trujillo. Aunque hay que reconocer que ese
título de “Benefactor de la Iglesia”, al parecer, la Iglesia
cristiana católica lo tiene reservado para los sanguinarios
genocidas que compiten entre ellos por su criminalidad, ya que este
título les es reconocido a Constantino I, a Justiniano y a
Carlomagno.
Pero la Iglesia Católica vaticanista, que había
considerado a Croacia como el último baluarte en los Balcanes contra
la Iglesia Ortodoxa, no sólo recibió con beneplácito el fin de la
tolerancia religiosa que había impuesto Alejandro I en la vieja
Yugoslavia, sino que el clero católico apoyó al régimen Ustasha con
entusiasmo fanático, como lo hizo con el nazismo alemán de Hitler y
los camisas negra italianos de Mussolini. La Jerarquía Católica no
sólo apoyó públicamente al régimen Ustasha, sino que celebró una
variedad de ceremonias político-religiosas, formó parte del
parlamento Ustasha y continuamente vivía santificando y adulando al
Estado Ustasha, al tiempo que enviaban a sus sacerdotes de menor
rango a participar directa y activamente en las conversiones
forzadas, torturas y asesinatos en masa.
El historiador italiano Carlo Falconi relata que
a diferencia de los exterminios en otros países durante la Segunda
Guerra Mundial, “era casi imposible de imaginar una expedición
punitiva Ustasha sin la presencia de un Sacerdote a la cabeza,
siendo generalmente un Franciscano."
Y mientras las figuras religiosas católicas
llamadas curas, personalmente, cometían las atrocidades más
criminales en contra de todo aquél que fuera no católico o judío,
serbio o musulmán a todo lo largo del territorio que comprendía la
nueva Croacia de Pavelic, también desempeñaron un papel protagónico
en las masacres perpetradas en los campos de concentración. El más
grande y notorio campo de concentración del país, Jasenovac, fue
administrado por un fraile Franciscano de nombre Miroslav Filipovic,
quien no solamente regenteaba el establecimiento sino que también
tomaba parte activa de las torturas y asesinatos en masa. Después de
finalizar la segunda guerra mundial y ser apresado, en su juicio
Miroslav Filipovic confesó haber supervisado personalmente el
asesinato de miles de serbios judíos.
El entusiasmo de la prensa católica, que se
encontraba bajo la directa supervisión de la jerarquía eclesiástica,
mostraba su apoyo incondicional al gobierno fascista y a la campaña
de limpieza étnica y religiosa.
Esta les dio la bienvenida a las tropas alemanas
nazis cuando entraron en Zagreb, capital de Croacia, en 1941:
"La Iglesia Católica, que ha liderado a la
Nación croata espiritualmente por mas de 1,300 años de dificultades,
acompaña con regocijo y felicidad al pueblo Croata en este momento
de su reconstrucción e independencia política."
"....Con sincero júbilo y placer le damos la bienvenida a la
fundación de la NDH. Nuestra gratitud es particularmente para
aquellos sacrificados y desprendidos luchadores quienes bajo el
liderazgo del líder Ustasha poglovnik Dr. Ante Pavelic, preparó el
camino para la proclamación de la NDH".
El 25 de mayo de 1941, en un artículo de una
publicación de la Acción Católica titulado: "Porqué los Judíos Están
Siendo Perseguidos", el sacerdote Franjo Kralik justifica la
persecución sobre bases religiosas:
"Los descendientes de aquéllos que odiaron a
Jesús, que lo condenaron a la muerte, que lo crucificaron e
inmediatamente persiguieron a sus discípulos, son culpables de
excesos más grandes que los de sus antepasados... Satanás los ayudó
a inventar el Socialismo y el Comunismo... El movimiento para
liberar al mundo de los judíos es un movimiento para el renacimiento
de la dignidad humana. El Todopoderoso y Sabio Dios está detrás de
este movimiento". Estos datos y otros muchos, ustedes los pueden
encontrar en portal de Internet, Herencia Cristiana, Historias de
los Grandes Genocidios. |