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19-03-06 Luz+Luz
El fraude del diseño inteligente
Hacer asequible la cultura y los
conocimientos científicos a la gente sencilla, común y corriente que
constituye más del 90% de la población trabajadora de este país, es
uno de nuestros principales propósitos al llevarles a ustedes este
tipo de programa. Pero no se trata de un esfuerzo único ni aislado
nuestro, pues el acceso a la cultura y el conocimiento científico en
el régimen de explotación capitalista le es planificadamente vedado
a la gente sencilla, común y corriente no sólo de este país sino del
mundo, ya sea por omisión, es decir, porque simplemente no se le da
oportunidad de llegar hasta el conocimiento, es más, ni siquiera se
le da la oportunidad de aprender, ni siquiera de aprender a leer y
escribir; o por manipulación y tergiversación, con tal de hacer
permanecer a la gran masa de la población humana sumergida en el más
abyecto estado de ignorancia y aplastamiento espiritual, con el fin
de mantenerla adherida a los llamados atavismos ancestrales, como
son los tabúes tradicionales de creer en prácticas
mágico-religiosas, oscurantistas, de brujería, supercherías en
contraposición todas a las prácticas científicas, cuando han sido el
trabajo y el sacrificio de millones de seres humanos comunes y
corrientes los que ha hecho posible que la ciencia, en tortuoso
devenir, alcance los niveles que hoy tiene, y de esta manera se
persigue que esta amplia masa, realmente arquitecta de la humanidad
de la que hace gala el Homo sapiens, no pueda llegar a ser dueña de
su propio destino.
De ahí y por eso, nuestra
persistente y consistente crítica, así como desenmascaramiento de
todas las falacias y estratagemas, por ejemplo, del cristianismo y
la Iglesia cristiana católica, así como de sus apologéticas o
inventos seudosociológicos y seudocientíficos.
Y para que ustedes se den cuenta
de que esto que decimos se corresponde con el ritmo que marca la
expresión de lo más avanzado de la humanidad en esta época en que
nos ha tocado vivir, pretendemos que ustedes conozcan las críticas y
argumentos hechos por el filósofo norteamericano, Daniel Dennett,
reconocido como uno de los filósofos contemporáneos más importantes,
vivo aún, y que dentro del amplio abanico de contribuciones a la
filosofía que se le reconocen, que a nuestro entender, la más
importante de estas contribuciones ha sido su demoledora crítica
contra la derecha religiosa norteamericana y su campaña política
–apoyada por Bush— en favor de la enseñanza de la llamada teoría del
Diseño Inteligente, que trata de colar por la puerta trasera el
creacionismo. “SinPermiso”, que es una publicación de Internet,
reprodujo la interesante entrevista que Dennett concedió al
semanario alemán Der Spiegel el pasado 26 de diciembre del 2005 y
que compartiremos con ustedes tal y como la adaptamos para el
programa radial”.
La primera pregunta formulada por
el entrevistador del semanario alemán Spiegel fue la siguiente:
“Profesor Dennett, más de 120 millones de estadounidenses creen que
Dios creó a Adán del barro hace unos 10.000 años e hizo a Eva de su
costilla. ¿Conoce personalmente a alguno de estos 120 millones?”
La respuesta de Dennett no se hizo
esperar y fue la siguiente: “Sí. Pero la gente que cree en el
creacionismo no está dispuesta a hablar de ello. Aunque aquéllos que
son partidarios del Diseño Inteligente, por el contrario, hablarían
sin parar. Y lo que he aprendido acerca de ellos, tanto de unos como
de otros, es que están llenos de información errónea. Pero han
encontrado esta información errónea en fuentes verosímiles. No es
solamente su pastor el que les habla de esto. Compran libros que son
publicados por los más importantes editores. O bien, visitan páginas
web y ven propaganda muy inteligente puesta por el Discovery
Institute de Seattle, que es financiado por la derecha religiosa”.
Tengan en cuenta ustedes, les
decimos nosotros como una nota, que dentro del contexto en que fue
expresada la frase “propaganda muy inteligente” que usa Dennett para
definir el tipo de propaganda que el Discovery Institute realiza,
fue para significar que se trata de una propaganda hecha con
habilidad e ingenio, pero también y sobre todo con maña, porque de
manera expresa se oculta que tal información ha sido acomodada,
arreglada, de modo que se ajuste o adapte a los fines inconfesos que
persigue; como hacen los “servicios de inteligencia o espionaje”
que son
organizaciones secretas para dirigir y organizar el espionaje y el
contraespionaje, es
decir, el traficar de manera fraudulenta con la información para
alcanzar un determinado objetivo. Con este doble sentido fue que
Dennett usó la palabra inteligente, por eso terminó la respuesta a
esta pregunta diciendo: “Una idea peligrosa, de grandes
consecuencias filosóficas”.
Observen ustedes el hincapié que
hace Dennett en lo peligroso que resulta transmitir información
errónea a través de fuentes verosímiles,
que tienen
apariencia de no ofrecer carácter alguno de falsedad, con el
propósito de que con esta información errónea la gente oriente el
conocimiento de la realidad, así como el sentido de sus actuaciones.
A este tipo de
manipulaciones fue al que nos referimos en la introducción que
hiciéramos a esta entrevista, es lo que en ocasiones también hemos
llamado la ignorancia perversa.
Pero continuemos. La
próxima pregunta fue motivada por el entrevistador de
Spiegel
de la siguiente
manera: “La teoría de la
evolución está en el centro del debate. ¿Por qué la evolución
provoca mucha más oposición que ninguna otra teoría científica, como
el Big Bang o la mecánica cuántica?”
Y a seguidas Dennett respondió lo
siguiente: “Creo que ello es debido a que la evolución va directo al
corazón del más perturbador descubrimiento científico de los últimos
siglos (se refiere al proceso llamado de la selección natural), que
refuta una de las más viejas ideas que tenemos, tal vez más vieja
que nuestra especie”.
Y antes de que continúe es
interrumpido por el entrevistador que pregunta: “¿Cuál exactamente?”
Y Dennett contesta: “Es la idea de
que se precisa algo muy grande y sofisticado para hacer una cosa
menor. Lo llamo el efecto goteo de la creación. Nunca se verá una
lanza haciendo al alanceador. No se verá nunca una herradura
haciendo un herrero. Nunca se verá un tarro haciendo un alfarero. Es
siempre el camino inverso y esto es tan obvio como lógico”.
Pero antes de que Dennett
prosiguiera desarrollando la respuesta a la pregunta que se le había
hecho, el entrevistador de Spiegel, siguiendo la secuencia lógica
del diálogo que se ha entablado, vuelve y lo interrumpe con la
siguiente pregunta: “¿Piensa usted que esta idea ya estaba presente
en los monos?”
A lo que Dennett responde: “Quizás
en el Homo habilis, el habilidoso, que empezó construyendo
herramientas de piedra hace 2 millones de años. Lo más probable pudo
haber sido que se sentían más maravillosos que sus artefactos. Así
que la idea de un creador más maravilloso que las cosas que él crea
es, pienso yo -dice Dennett-, una muy intuitiva idea”, es decir, les
decimos nosotros a ustedes, una idea que tiene intuición, que es la
facultad de
comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de
razonamiento, y agrega Dennett: “muy
profundamente arraigada. Precisamente a esa idea se refieren los
promotores del Diseño Inteligente, cuando preguntan: “¿Se ha visto
nunca un edificio que no haya tenido un constructor? ¿Se ha visto
nunca una pintura que no haya tenido un pintor?” Eso capta a la
perfección esa idea intuitiva, profunda, de que nunca se obtendrá
diseño gratis.
Y en este momento el entrevistador
de Spiegel detiene a Dennett y comenta lo siguiente: “Un viejo
argumento teológico…”
Y Dennett, continuando la
respuesta pero tomando en cuenta el comentario dijo: … “el que
Darwin impugnó completamente con su teoría de la selección natural,
mostrando no solamente que se puede obtener diseño de cosas no
diseñadas, sino que incluso se puede tener evolución de diseñadores
a partir de algo no diseñado. ….Esto cambia la idea que mucha gente
tiene de que la vida tiene significado. La mente humana y el
lenguaje,…, “y antes de que Dennett pueda explicar lo que ha querido
decir con la expresión “cambiar la idea que mucha gente tiene de que
la vida tiene significado” el entrevistador le formula la pregunta:
“¿Incluso el espíritu de los humanos –su alma- es producida de esta
forma?”
Y Dennett responde: “Sí. Como una
multicelular y móvil forma de vida que es, “(se refiere a que el
hombre es un ser vivo formado por muchas células y se traslada de un
sitio para otro, no vive fijo en un lugar como los árboles, nota
nuestra) “necesita una mente porque precisa prestar atención a los
lugares por los que anda. Se precisa un sistema nervioso que pueda
extraer información del mundo en forma rápida y pueda elaborar esa
información y usarla rápidamente para guiar el comportamiento. El
problema básico para todos los animales es encontrar lo que
necesitan y evitar lo que podría dañarles, y hacerlo más rápido que
sus competidores. Darwin comprendió esta ley (la de la selección
natural) y comprendió que este proceso había estado en curso de
desarrollo durante centenares de millones de años, produciendo
mentes cada vez más androides”.
Ustedes saben que los androides
son robots o
autómatas de figura de hombre, por lo que Dennett, con esta frase de
“mentes cada vez más androides”, dejó dicho que
la selección natural, en el curso
de centenares de millones de años, operando en seres vivos
multicelulares móviles, fue conservando en ellos las adaptaciones
que resultaban más favorables produciendo mentes cada vez más
eficaces, cada vez más parecidas a la del hombre, hasta llegar a la
de éste que es su obra mas acabada.
Pero prosigamos. Es evidente, que
el entrevistador del semanario Spiegel, estaba muy entusiasmado con
el rumbo que había tomado la conversación haciéndole aflorar en la
mente más interrogantes de las que había preparado para la
entrevista, porque vuelve a interrumpir a Dennett y le pregunta:
“¿Pero alguna cosa fuera de lo ordinario sucedió cuando los humanos
llegaron?”
A lo que Dennett responde:
“Efectivamente. Los humanos descubrieron el lenguaje: una
aceleración explosiva de los poderes de la mente. Porque ahora no
solamente se puede aprender de la propia experiencia, sino que
también se puede aprender indirectamente de la experiencia de
cualquier otro. De gente que nunca se ha conocido. De antecesores
muertos hace mucho tiempo. Y la cultura humana misma se convierte en
una fuerza evolucionaria profunda. Esto es lo que nos da un
horizonte epistemológico que es mucho más grande que el de cualquier
otra especie.
Dicho en otras palabras, decimos
nosotros, cuando Dennett se refiere a “horizonte epistemológico”
mucho más grande que el de cualquier otra especie, lo que dice es
que el empuje evolutivo dado por la cultura humana es lo que le ha
permitido al hombre
alcanzar el conocimiento de los fundamentos y métodos de la ciencia,
que es a lo que se le llama epistemología, cosa que ninguna otra
especie ha alcanzado.
Por eso explica Dennett: “Somos la
única especie que sabe quién es, que sabe que ha evolucionado.
Nuestras canciones, nuestro arte, nuestros libros y nuestras
creencias religiosas son en última instancia un producto de
algoritmos evolutivos”. Los
algoritmos son conjuntos ordenados y finitos de pasos o etapas, en
este caso de la evolución de la naturaleza, les explicamos nosotros
a ustedes.
Y agregó Dennett para finalizar su
respuesta al respecto: “Hay gente que encuentra esto emocionante, y
otra que lo encuentra deprimente”.
Pasando ahora al tema de biología,
religión y sociedad el entrevistador pregunta: “¿No cree que sería
posible dejar la vida en manos de los biólogos, y dejar a la
religión cuidar del alma?” A lo que Dennett respondió: “Esto era lo
que Juan Pablo II (se refiere al papa católico Wojtyla) estaba
pidiendo cuando emitió su muy citada encíclica, en la que sostenía
que la evolución era un hecho, para apresurarse a añadir: excepto en
lo que afecta al alma humana. Esto puede hacer a alguien feliz, pero
es falso. Podría ser tan falso como decir: nuestros cuerpos están
hechos de material biológico, excepto, por un ejemplo supuesto, el
páncreas. O decir que el cerebro no es un tejido más maravilloso que
los pulmones o el hígado, que es solamente un tejido, como otro
cualquiera”, puntualiza Dennett.
Y aquí vuelve a ser interrumpido
Dennett, pero esta vez somos nosotros quienes lo hacemos, porque a
pesar de lo interesante, esta entrevista resulta extensa para el
formato de nuestro programa, por lo que no tenemos más remedio que
darle un incómodo pero inevitable: continuará. |