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23-04-06 luz+luz
¡Alerta!: César Mella y
“Buscavidismo” a costa de la ciencia
¿Por qué de manera particular resulta de interés esta denuncia para
los dominicanos?
Esta repugnante situación debe de servir como voz de alerta a la
sociedad dominicana en general, y en particular los psiquiatras
dominicanos, estén agrupados o no en una sociedad del ramo, una vez
que, por un lado, la Iglesia Católica de boca de su cardenal Nicolás
de Jesús López Rodríguez y una monja encargada o directora de una
tal seccional de salud en este país del negocio ese que se llama
Iglesia cristiana católica, de buenas a primeras, y como si esto
estuviera pasando ahora y no antes, han llamado la atención en
relación a la cantidad de dementes o locos que deambulan por las
calles del país, República Dominicana. Y si en los Estados Unidos se
inventan enfermedades mentales para que se multipliquen
exponencialmente las ventas de los fármacos de Lilly u otro
cualquiera de los consorcios monopolistas, despierta recelo que se
esté fraguando un inescrupuloso negocio como ese en éste país, este
inusitado interés por los locos de la Iglesia cristiana católica y
su cardenal, que como se sabe incursionan en el área de negocios de
la salud, aunque en competencia desleal con las demás empresas
porque a la Iglesia cristiana católica y sus negocios como Plaza de
la Salud en la ciudad de Santo Domingo y el Hospital Metropolitano (Home)
de la ciudad de Santiago, el Estado los subvenciona porque se trata
de un Estado sometido al vasallaje de la Iglesia cristiana católica
mediante un Concordato y en particular el contrato conocido como
Patronato Nacional San Rafael, firmado específicamente con el Opus
Dei.
Y esto no lo decimos por hablar, sino con fundamento. Debe
recordarse que el papa Wojtyla, Juan Pablo II, que fuera el que
proclamara a su iglesia y a sus curas sirvientes de los consorcios
monopolistas imperiocapitalistas, pactó con ellos, pasar a ser
apologistas del neoliberalismo a cambio de que se le concediera a su
Iglesia cristiana católica el monopolio del manejo de la filantropía
y la beneficencia. Este papa, conocido como el papa de la CIA, en la
encíclica “Centésimo anus”, que conmemoraba los 100 años de la
encíclica “Rerun novarun” donde se proclamara la pantalla de la
llamada doctrina social de la Iglesia Católica ante el arrollador
movimiento revolucionario proletario para enfrentarlo a favor de los
intereses del gran capital, de los explotadores, proclamó que ya no
era responsabilidad del Estado y su gobierno los servicios públicos
sino de los sectores empresariales privados, en tanto a la Iglesia
católica se le asignaría ocuparse de las obras de beneficencia,
filantropía y caridad y decía que sólo esperaba que se les diera la
sostenida asistencia.
Y no debe olvidarse que si los locos están deambulando por las
calles de este país, es consecuencia de las reformas estructurales
que tanto pondera el actual presidente Leonel Fernández y de las que
se enorgullece de haber contribuido a implementarlas, las que han
adecuado las estructuras del país para su enganche definitivo al
modelo neoliberal desconociendo todas las conquistas sociales y
económicas que tanto le ha costado a este pueblo en los últimos 40
años, y lo que debía ser responsabilidad del Estado y sus gobiernos
ha pasado a los sectores de empresarios privados, y por eso en el
ámbito correspondiente a los servicios de salud, como resultado
directo de esta privatización, nos encontramos hoy con los
hospitales públicos y la salud pública en un proceso franco de
desbarajuste y bancarrota, el sistema de pensiones y el seguro
social públicos prácticamente ya no existen, los asilos de ancianos,
las guarderías infantiles, los manicomios, nosocomios públicos han
sido cerrados y ancianos, niños, locos y enfermos dejados en la
calle.
Por otro lado, el otro aspecto que sobresale para tomar en cuenta
como voz de alarma esta denuncia, es el hecho de haber sido nombrado
presidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL) el
llamado Dr. y psiquiatra César Mella. Siendo conocido por todos la
proclividad del tal Dr. Mella al “buscavidismo a costa de la
ciencia” como eufemísticamente se le llama a la fraudulenta práctica
de traficar, entiéndase negociar, con la condición de técnico o
entendido en alguna área científica, y decir u avalar que está sano
quien no lo está, o que está enfermo quien está sano, para hacer
fraude por el motivo que fuere; y este personaje tan ducho en las
lides faranduleras, haya, por tanto con conciencia de lo que estaba
haciendo, promovido públicamente la información del tal nombramiento
con una fotografía, que saliera publicada en la página 13 del
periódico El Nacional, del martes 28 de marzo del 2006, donde
aparece fotografiado junto, a nada más y nada menos, con el también
recién electo presidente de la Asociación de Psiquiatría Americana,
de los Estados Unidos (APA), Pedro Ruiz, cuando ambos participaban
en un simposium de la Asociación de Psiquiatría Mundial (WAPA,
siglas en inglés) celebrado en el mes de marzo de este año 2006 en
Caracas, Venezuela. La APA es la entidad cuya dirección, sin el
menor rubor, ha justificado a nombre de dicha Asociación, el
multimillonario y criminal negocio, denunciado en el reportaje
número XI de Proyecto Censurado del año 2006, de inventar
enfermedades para vender fármacos, y la ha declarado públicamente
parte activa de esta agresión sin precedentes a la población
estadounidense.
Si César Mella promueve sus vínculos con semejante directiva de la
APA es porque los tiene o aspira a que lo “enganchen”, y poco o nada
le importa las barbaridades que auspicie cuando de por medio hay
tantos millones de dólares. Y si la Iglesia Católica habla de
recoger los locos que se encuentran deambulando por las calles, de
buenas a primeras, cuando esta organización ha auspiciado que
aumenten los locos que deambulan por las calles, al promover y ser
beneficiara de la privatización de los servicios de salud pública,
es porque se huele un suculento, por millonario, negocio a través de
estos enfermos y bajo el parapeto de la beneficencia que es uno de
sus medios, y en este caso exclusivo, de incursionar dentro del
mercado de los servicios privatizados de salud. Y si quienes
controlan en los Estados Unidos el negocio de los fármacos, el gran
negocio de los consorcios monopolistas internacionales de fármacos,
no han escatimado esfuerzo alguno para aumentar sus ventas, y se han
embarcado en la inescrupulosa tarea de “inventar” enfermedades para
que sus ventas aumenten, como de forma astronómica ha sucedido, y
obtener astronómicas superganancias, lo menos que podemos hacer los
dominicanos es alertarnos. Toda la población dominicana, así como
los psiquiatras en particular, deben estar alerta para que no sean
cogidos en su buena fe y se presten para patrañas como éstas, que
pongan en peligro la salud de nuestra población de niños y
adolescentes. |